32 Y saliendo, hallaron á un Cireneo, que se llamaba Simón: á éste cargaron para que llevase su cruz. 33 Y como llegaron al lugar que se llamaba Gólgotha, que es dicho, El lugar de la calavera, 34 Le dieron á beber vinagre mezclado con hiel: y gustando, no quiso beber lo 35 Y después que le hubieron crucificado, repartieron sus vestidos, echando suertes: para que se cumpliese lo que fué dicho por el profeta: Se repartieron mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. 36 Y sentados le guardaban allí. 37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESUS EL REY DE LOS JUDIOS. 38 Entonces crucificaron con él dos ladrones, uno á la derecha, y otro á la izquierda. 39 Y los que pasaban, le decían injurias, meneando sus cabezas, 40 Y diciendo: Tú, el que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate á ti mismo: si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. 41 De esta manera también los príncipes de los sacerdotes, escarneciendo con los escribas y los Fariseos y los ancianos, decían: 42 á otros salvó, á sí mismo no puede salvar: si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. 43 Confió en Dios: líbrele ahora si le quiere: porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. 44 Lo mismo también le zaherían los ladrones que estaban crucificados con él.