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Gen. Rev.
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Ask a QuestionUn día de reposo, Jesús estaba enseñando en una sinagoga,
y yo les conté a los cautivos todo lo que el Señor me había mostrado.
Y muy pronto la fama de Jesús se difundió por toda la provincia de Galilea.
En cuanto la gente vio a Jesús, se quedó asombrada y corrió a saludarlo.
Un día le llevaron un endemoniado ciego y mudo, y él lo sanó, así que el ciego y mudo podía ver y hablar.
Cualquiera que hable mal del Hijo del Hombre, será perdonado; pero el que hable contra el Espíritu Santo no será perdonado, ni en este tiempo ni en el venidero.
Nadie puede entrar en la casa de un hombre fuerte y robarle sus pertenencias, si antes no lo ata. Entonces sí podrá saquear su casa.
Ya no hablaré mucho con ustedes, pues viene el príncipe de este mundo, que ningún poder tiene sobre mí.
porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.
Las intenciones de la carne llevan a la enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden;
Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo está en verdad muerto a causa del pecado, pero el espíritu vive a causa de la justicia.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oiga, y les hará saber las cosas que habrán de venir.
Entonces la palabra del Señor vino a mí, y me dijo:
Pero Jesús lo reprendió, y le dijo: «¡Cállate, y sal de ese hombre!»
Yo les pedí a tus discípulos que expulsaran al espíritu, pero no pudieron.»
Cuando Jesús la vio, la llamó y le dijo: «Mujer, quedas libre de tu enfermedad.»
Después de su muerte, se les presentó vivo y, con muchas pruebas que no admiten duda, se les apareció durante cuarenta días y les habló acerca del reino de Dios.
Y haré prodigios en el cielo y en la tierra, con sangre y fuego y columnas de humo.»
Pero si yo expulso a los demonios por el poder del Espíritu de Dios, eso significa que el reino de Dios ha llegado a ustedes.
Judas (pero no el Iscariote) le dijo: «Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?»