9 ¶ Mujeres reposadas, levantaos; oíd mi voz; mujeres confiadas, escuchad mi razón. 10 Días y años tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no acudirá. 11 Temblad, oh reposadas; turbaos, oh confiadas. Despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio . 12 Sobre los pechos lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil. 13 Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinas y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría. 14 Porque los palacios serán desiertos, el estruendo de la ciudad cesará; las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde descansen asnos monteses, y ganados hagan majada, 15 hasta que sobre nosotros sea derramado espíritu de lo alto, y el desierto se torne en campo labrado; y el campo labrado sea estimado por bosque. 16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo labrado asentará la justicia. 17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de justicia, reposo y seguridad para siempre. 18 Y mi pueblo habitará en morada de paz: y en habitaciones seguras, y en refrigerios de reposo. 19 Y el granizo, cuando descendiere, será en los montes; y la ciudad será del todo abatida. 20 Dichosos vosotros los que sembráis sobre todas las aguas; los que aréis con buey y con asno.