1 ¶ Por las noches busqué en mi cama al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé. 2 Me levantaré ahora, y rodearé por la ciudad; por las calles y por las plazas buscaré al que ama mi alma; lo busqué, y no lo hallé. 3 Me hallaron los guardas que rondan la ciudad, y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi alma? 4 Pasando de ellos un poco, hallé luego al que mi alma ama; trabé de él, y no lo dejé, hasta que lo metí en casa de mi madre, y en la cámara de la que me dio a luz. 5 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, por las gamas y por las ciervas del campo, que no despertéis ni hagáis velar al amor, hasta que él quiera.