15
Ese día Absalón y todos sus hombres entraron a Jerusalén, y con ellos entró Ajitofel.
16
Y cuando Jusay el arquita, que era amigo de David, vio a Absalón, fue a su encuentro y lo saludó gritando: «¡Viva el rey, viva el rey!»
17
Cuando Absalón vio quién gritaba, le dijo:
«¿Así es como agradeces la amistad de mi padre? ¿Por qué no te fuiste con él?»
18
Y Jusay le respondió:
«Yo soy fiel al Señor y a quien él y su pueblo elija. Por eso decidí quedarme contigo.
19
¿A quién debo servir, si no a ti? ¡Tú eres su hijo, y te serviré como antes serví a tu padre!»
20
Entonces Absalón llamó a Ajitofel y le dijo:
«¿Qué me aconsejas que debemos hacer?»
21
Y Ajitofel le aconsejó:
«Ve al palacio de tu padre y acuéstate con sus concubinas, las que se quedaron cuidando el palacio. Cuando el pueblo lo sepa, pensará que tu padre te aborrecerá, y así la gente se unirá más a ti.»
22
Se levantó entonces en la azotea una tienda de campaña para Absalón, y éste se acostó con las concubinas de su padre a la vista de todo el pueblo. b
23
En aquellos días, los consejos de Ajitofel valían tanto como el consultar al Señor, y eran buenos tanto para David como para Absalón.