20
Todavía estaba yo hablando y orando, y confesando mi pecado y el de mi pueblo Israel; todavía estaba yo derramando mi ruego ante el Señor mi Dios en favor de su santo monte,
21
y orando sin cesar, cuando hacia la hora del sacrificio de la tarde vi que Gabriel, b el hombre que antes había visto en la visión, volaba hacia mí apresuradamente.
22
Habló conmigo, y me explicó:
«Daniel, si he salido ahora ha sido para infundirte sabiduría y entendimiento.
23
La orden fue dada en cuanto tú comenzaste a orar, y yo he venido a explicarte todo, porque Dios te ama mucho. Así que entiende la orden y la visión.