23
Acerca de Damasco. d Jamat y Arfad han recibido malas noticias, y no saben qué hacer. Se derriten de miedo; son como el mar, que no puede sosegarse.
24
Damasco ha perdido el ánimo, y se dispone a huir. La dominan el miedo y la angustia; le han sobrevenido dolores, como de mujer parturienta.
25
¡Abandonada ha quedado la ciudad alabada, la ciudad alegre!
26
Por eso en aquel día sus jóvenes y todos sus hombres de guerra morirán en sus calles. —Palabra del Señor de los ejércitos.
27
Y el Señor prenderá fuego a las murallas de Damasco, y ese fuego consumirá las casas de Ben Adad.