6 Y aconteció que como volvían ellos, cuando David tornó de matar al Filisteo, salieron las mujeres de todas las ciudades de Israel cantando, y con danzas, con tamboriles, y con alegrías y sonajas, á recibir al rey Saúl.
7 Y cantaban las mujeres que danzaba, y decían: Saúl hirió sus miles, Y David sus diez miles.
8 Y enojóse Saúl en gran manera, y desagradó esta palabra en sus ojos, y dijo: A David dieron diez miles, y á mí miles; no le falta más que el reino. 9 Y desde aquel día Saúl miró de través á David.
10 Otro día aconteció que el espíritu malo de parte de Dios tomó á Saúl, y mostrábase en su casa con trasportes de profeta: y David tañía con su mano como los otros días; y estaba una lanza á mano de Saúl. 11 Y arrojó Saúl la lanza, diciendo: Enclavaré á David en la pared. Y dos veces se apartó de él David.
12 Mas Saúl se temía de David por cuanto Jehová era con él, y se había apartado de Saúl. 13 Apartólo pues Saúl de sí, é hízole capitán de mil; y salía y entraba delante del pueblo. 14 Y David se conducía prudentemente en todos sus negocios, y Jehová era con él. 15 Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, temíase de él. 16 Mas todo Israel y Judá amaba á David, porque él salía y entraba delante de ellos.