11 Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, la caridad, la paciencia, la mansedumbre. 12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, á la cual asimismo eres llamado, habiendo hecho buena profesión delante de muchos testigos. 13 Te mando delante de Dios, que da vida á todas las cosas, y de Jesucristo, que testificó la buena profesión delante de Poncio Pilato, 14 Que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo: 15 La cual á su tiempo mostrará el Bienaventurado y solo Poderoso, Rey de reyes, y Señor de señores; 16 Quien sólo tiene inmortalidad, que habita en luz inaccesible; á quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver: al cual sea la honra y el imperio sempiterno. Amén.
17 A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en la incertidumbre de las riquezas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia de que gocemos: 18 Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, que con facilidad comuniquen; 19 Atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano á la vida eterna.
20 Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas de vanas cosas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia:
21 La cual profesando algunos, fueron descaminados acerca de la fe. La gracia sea contigo. Amén. {espístola á Timoteo fué escrita de Laodicea, que es metrópoli de la Frigia Pacatiana.}