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Gen. Rev.
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Ask a QuestionY no oí la voz de los que me adoctrinaban, Y á los que me enseñaban no incliné mi oído!
Sus vacas conciben, no abortan; Paren sus vacas, y no malogran su cría.
¿No habéis preguntado á los que pasan por los caminos, Por cuyas señas no negaréis,
Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, Y toma temblor mi carne.
Fuí huésped, y no me recogisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
He aquí que en sus siervos no confía, Y notó necedad en sus ángeles
Clamo á ti, y no me oyes; Preséntome, y no me atiendes.
Y sabrás que hay paz en tu tienda; Y visitarás tu morada, y no pecarás.
Porque la iniquidad no sale del polvo, Ni la molestia brota de la tierra.
El cual hace cosas grandes é inescrutables, Y maravillas que no tienen cuento:
Que frustra los pensamientos de los astutos, Para que sus manos no hagan nada:
En seis tribulaciones te librará, Y en la séptima no te tocará el mal.
¿Hablo yo á algún hombre? Y ¿por qué no se ha de angustiar mi espíritu?
Paróse un fantasma delante de mis ojos, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía:
¿Su hermosura, no se pierde con ellos mismos? Mueren, y sin sabiduría.
De la destrucción y del hambre te reirás, Y no temerás de las bestias del campo:
Y estotro morirá en amargura de ánimo, Y no habiendo comido jamás con gusto.
No he tenido paz, no me aseguré, ni me estuve reposado; Vínome no obstante turbación.
He aquí, bienaventurado es el hombre á quien Dios castiga: Por tanto no menosprecies la corrección del Todopoderoso.
Dicen pues á Dios: Apártate de nosotros, Que no queremos el conocimiento de tus caminos.