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Gen. Rev.
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Ask a QuestionPero Ana le dijo a su marido:«Yo no iré hasta que destete al niño. Entonces lo llevaré y lo presentaré al Señor, para que se quede allá para siempre.»
Después, lo llevó con ella a la casa del Señor en Silo, y además llevó tres becerros, veinte litros de harina y una vasija de vino. El niño aún era muy pequeño.
¡Ay de los que van a Egipto en busca de ayuda! ¡Ay de los que ponen su esperanza en la multitud de sus caballos y carros, y en la fuerza de sus jinetes, y no vuelven los ojos al Santo de Israel, ni buscan al Señor!
Los egipcios son simples hombres, y no dioses; sus caballos son carne, y no espíritu; cuando el Señor extienda su mano, juntos caerán el que ayuda y el ayudado, y todos ellos rodarán por el suelo.
El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
Y Elcana le respondió:«Haz lo que creas que es mejor. Quédate hasta que lo destetes, y que el Señor cumpla su palabra.»Y Ana se quedó y crió a su hijo hasta que lo destetó.
beben vino en grandes copas y se perfuman con las mejores fragancias, ¡pero nada les importa que José se halle en el desastre!
Pero Dios también es sabio, y les traerá el mal, y no retirará sus palabras. Se levantará contra la casa de los malvados, y contra la ayuda de los malhechores.
El que de esta manera sirve a Cristo, agrada a Dios, y es aprobado por los hombres.
Hay un bautismo que debo recibir, ¡y cómo me angustio esperando que se cumpla!
»Yo he venido a lanzar fuego sobre la tierra. ¡Y cómo quisiera que ya estuviera en llamas!
No permitan que se hable mal del bien que ustedes hacen,
Cuando sus príncipes estén en Soán, y sus embajadores lleguen a Janés,
Así que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación.
Me he dado cuenta de la pesada carga que Dios ha impuesto a los mortales para humillarlos con ella.
Algunos de Jerusalén decían: «¿Qué, no es éste al que buscan para matarlo?
Y aunque procuraban aprehenderlo, ninguno le puso la mano encima, porque su hora aún no había llegado.
De miedo sucumbirá su fortaleza, y llenos de pavor sus príncipes abandonarán sus banderas.—Palabra del Señor, cuyo fuego está en Sión y cuyo horno está en Jerusalén.
Así que nunca jamás procurarás su paz ni su bien.
«El Señor está muy enojado contra los padres de ustedes.