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Gen. Rev.
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Ask a QuestionAsí nosotros podremos continuar orando y proclamando la palabra.»
Luego los llevaron ante los apóstoles, y oraron por ellos y les impusieron las manos.
También le dijo Abimelec a Abrahán:«¿En qué pensabas cuando hiciste esto?»
Así que, hermanos, busquen entre todos ustedes a siete varones de buen testimonio, que estén llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, para que se encarguen de este trabajo.
Pero una noche Dios visitó a Abimelec en sueños, y le dijo:«Puedes darte por muerto, pues la mujer que has tomado ya es casada.»
¿Acaso no me dijo él: “Es mi hermana”? Y también ella dijo: “Es mi hermano”. ¡En esto yo he actuado con sinceridad de corazón, y tengo las manos limpias!»
Entonces los doce convocaron a todos los discípulos y les dijeron: «No está bien que desatendamos la proclamación de la palabra de Dios por atender a las mesas.
Conforme crecía el conocimiento de la palabra del Señor, se multiplicaba también el número de los discípulos en Jerusalén, y aun muchos de los sacerdotes llegaron a creer.
Como Abimelec no se había acercado a ella, dijo:«Señor, ¿acaso también a la gente inocente le quitas la vida?
Y le dijo Abimelec:«Mira, aquí delante de ti está mi tierra; quédate a vivir donde mejor te parezca.»
Esta propuesta fue del agrado de todos los creyentes, y eligieron a Esteban, que era un varón lleno de fe y del Espíritu Santo, y a Felipe, Prócoro, Nicanor, Timón, Parmenas y Nicolás, un prosélito de Antioquía.
Allí Abrahán presentó a Sara, su mujer, como su hermana. Entonces Abimelec, el rey de Gerar, envió por Sara para tomarla como mujer.
Y Abrahán respondió:«Pues simplemente pensé que aquí no hay temor de Dios, y que me matarían por causa de mi mujer.
Aunque la verdad es que sí es mi hermana. Es hija de mi padre, pero no hija de mi madre. Por eso la tomé por esposa.
Entonces Abimelec tomó ovejas y vacas, y siervos y siervas, y se los dio a Abrahán. Además, le devolvió a Sara, su mujer.
Entonces Abrahán oró a Dios, y Dios sanó a Abimelec, a su mujer y a sus siervas, y ellas tuvieron hijos,
De allí Abrahán partió hacia la tierra del Néguev, y acampó entre Cadés y Shur. En Gerar vivió como un extranjero.
A la mañana siguiente Abimelec se levantó y llamó a todos sus siervos, y claramente les repitió todas estas palabras. Esto les provocó mucho miedo.
pues por causa de Sara, mujer de Abrahán, el Señor había cerrado completamente la matriz de toda mujer en la casa de Abimelec.
Ahora devuélvele a ese hombre su mujer, porque él es profeta y orará por ti. Así vivirás. Pero si no se la devuelves, quiero que sepas que sin falta morirás, tú y todos los tuyos.»